¿QUÉ SON LAS SINCRONICIDADES?
Casualidades o causalidades de un fenómeno universal.
¿Eventos al azar o señales del Universo? Todo lo que quieres saber acerca
de las sincronicidades y cómo interpretarlas para tu mayor beneficio. Aprende su
significado real y cuál es su relación con la espiritualidad.
Cuando se habla de sincronicidades, se le atribuye un cierto misticismo al término, como si fueran señales del universo. Por esta razón algunos las denoniman “ciencia del universo”. Para Carl Jung son hechos entrelazados entre sí de mucha significación.
Las sincronicidades son especies de coincidencias, eventos paralelos sobrenaturales e improbables. Ellas nos dicen que estamos en sintonía o en armonía con algo que deseamos.
El psiquiatra y psicoterapeuta Carl Gustav Jung definió el término sincronicidad como un principio de conexión en el que ocurren sucesos simultáneos significativos para una persona sin razón aparente. En griego, sincronicidad es "unión" (sin) y "tiempo" (cronos). Para él es más que una causalidad o causa-efecto, o sucesos regulares que puedan repetirse como estadísticas matemáticas, esto que llaman "concepción científica del mundo". Es un principio de conexiones acausales, son hechos entrelazados entre sí que tienen mucha significación.
Significado real de las sincronicidades.
Las sincronicidades son fenómenos únicos y efímeros, raros, como recuerdos inconexos, casi imposibles de probar. Pero para aquel que las experimenta es algo maravillosamente creíble, aunque no palpable físicamente. Nos quedamos entonces con nuestra propia percepción de lo sucedido sin poder explicarlo o demostrárselo a los demás. Es algo extraordinario. No existe consenso racional para tal evento. Aún así, optamos por creer en las sincronicidades. Por eso somos "humanos". Y buscamos respuestas a nuestras incertidumbres.
¿Cómo probar que estos sucesos no causales son reales? ¿Cómo interpretar las sincronicidades?
Demostrar científicamente que una sincronicidad es una verdad que se puede comprobar físicamente es casi imposible. Decir que es más que una coincidencia, que tiene un sentido mucho más profundo, dependerá del observador.
Por eso, en lugar de hablar sobre "causalidad" se refiere a su contrapartida la "casualidad", basada en cosas que suceden sin un por qué aparente. Hablamos entonces de cosas al azar, coincidencias, cuya razón todavía está sin descubrir.
Ejemplos de sincronicidades.
Podemos dar el ejemplo de haber leído un libro sobre mariposas, y luego ver un grafiti de una mariposa dibujado en una pared al salir a la calle, y más tarde oír a un niño hablar a su madre sobre las diferentes clases de mariposas al pasar caminando a tu lado, y ver después una mariposa volar frente a ti al esperar el colectivo. Todos esos sucesos en un mismo día o en un determinado lapso de tiempo.
Otro ejemplo puede ser cuando uno está pensando en algo en particular y de pronto escuchar a un extraño hablar sobre el mismo tema que estaba en tu mente en ese preciso momento, o ver a una persona en la que justamente estabas pensando.
O quizás, la sincronicidad más común pero la más reveladora se da al tener una incógnita dentro tuyo en la que te preguntas qué es lo que deberías hacer o qué rumbo tomar en tu vida y, mágicamente, escuchas una canción cuyas letras hablan de tu conflicto y sientes que es una señal del destino, o ves una publicidad o lees en las redes sociales un mensaje que te conecta con tu interior y, milagrosa e inconscientemente, devela su respuesta ante ti. ¿Coincidencias al azar o mensajes reveladores?
Es improbable buscar la relación causal de estos eventos pero cada suceso debe tener su propia causa, como dice Jung.
¿Qué profundo es este tema de la sincronicidad, no? Complejo y controversial, aunque no deja de ser apasionante. Todo depende del ángulo del observador; si observas la vida con un enfoque lineal y superficial, todo te parecerá insignificante. Si, en cambio, ves a la vida con profundidad, podrás darte cuenta de que nada es aparentemente casual o al azar, toda experiencia humana parece tener una conexión espiritual o despertar de la consciencia como si nuestra intuición nos develara el secreto de que el caos en verdad tiene un orden.
Yo creo firmemente en que si uno está abierto a las infinitas posibilidades de la vida encuentra un significado mucho más profundo en toda su percepción del mundo que lo rodea, y dado que todo está conectado con todo, es ineludible que veamos nuestras experiencias como piezas de dominó entrelazarse unas con otras en diferentes dimensiones y niveles de consciencia y así poder sentir algo extrasensorial que peca de sobrenatural aunque es muy verdadero para nosotros. Son mensajes que solo uno puede leer y que reafirman tu existencia, como si el Universo te dijera, "sí, este es el camino correcto".
“Asombrosos hilos invisibles
Nos hilvanan, nos tejen, nos enhebran;
Coincidencias desde lo intangible
Nos envuelven, nos señalan, nos impregnan.
Y tú y yo y todos, en humana madeja,
Jugando el juego, sincrónicamente,
Como una danza que acerca y aleja
A los danzantes, misteriosamente.
Significados ocultos que conectan
Hechos, lugares, fechas y apellidos,
Abrumadoramente interpenetran
A los que mueren y a los recién nacidos.
Es no casual, insólito, curioso:
Entrecruzándose las realidades
Unen lo absurdo con lo milagroso,
Apareándose en sus intimidades.
No estamos solos. Quién diseñó este juego?
Qué Inteligencia pergeña el Argumento?
Hay Algo Más que late tras los velos.
(Lo palpo. Lo intuyo. Lo presiento)”.
Poema de Virginia Gawel: “Sincronicidad”.
¿Te ha ocurrido alguna vez experimentar una serie de episodios inexplicables pero que sentiste como si fueran señales del Universo?
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