¿QUÉ ES LO QUE TE HACE FELIZ?
Cómo conseguir un estado de felicidad consciente.
Te invito a hacer un auto-análisis para encontrar tu propia definición de felicidad y cómo conseguirla mediante 5 simples prácticas conscientes.
¿Qué es lo que te hace feliz?
Preguntas como ésta son un buen ejercicio
reflexivo que todos deberíamos hacer de vez en cuando. La auto-reflexión nos
permite frenar el vertiginoso mundo en el que estamos inmersos para darnos
cuenta de que hay espacios vacíos en nuestra vida que debemos llenar con
aquello que olvidamos que nos hace sentir bien y felices.
La vida nos pasa por encima casi sin darnos
cuenta y nos arrebata el presente, que es tan preciado. Nos hace olvidar,
postergar o naturalizar momentos que tendrían que ser frecuentes por su
importancia afectiva.
El modo de ser feliz es intrínseco y exclusivo de cada persona. Hay muchas maneras de encontrar la felicidad.
Pero ¿qué es la felicidad?
El diccionario de la Real Academía Española la define como un “estado de grata satisfacción espiritual y física; persona, situación, o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz; ausencia de inconvenientes o tropiezos”.
Su expresión latina, “felicitas”, se asocia a la palabra “fertilis” o fértil. Por lo que existe un paralelismo en la definición de felicidad con los términos tierra, concepción, creación. Dando así un sentido más amplio a este concepto.
¿Cuál es tu propia definición de felicidad?
La felicidad es una emoción de bienestar, aunque, personalmente, considero que es un bienestar subjetivo, temporal, momentáneo. La verdadera sensación duradera de bienestar integral se da a través de la iluminación espiritual, ese camino que no tiene destino y que se disfruta momento a momento de forma consciente, despierta pero no con los ojos sino con todos los sentidos.
Esta manera espiritual de ver la vida es mucho más placentera que una emoción que viene así como se va con el humor del tiempo. Considero que la felicidad no se busca ni se encuentra, como suele pensarse, sino que se crea. Es un estado mental, el cual podemos aprender a entrenar y así llegar a un nivel de satisfacción plena, en lugar de transitoria. Para esto hace falta re-configurar todo nuestro proceso interno de razonamiento respecto a qué nos hace bien y qué nos perjudica, tanto mental, como emocional y físicamente.
Comparto el punto de vista budista de que la felicidad se construye basándose en evitar reaccionar bajo emociones perturbadoras. El enojo, la ira, la codicia, el odio, son emociones negativas auto-destructivas que suelen arrebatarnos la felicidad. Y no nos damos cuenta de que uno mismo fue el ladrón que se traicionó a sí mismo con su conducta inconsciente.
Tenemos que hacernos del hábito de abstenernos de la influencia de nuestras emociones y dejarlas fluir, sentirlas sin juzgarlas de buenas o malas sensaciones ni decir, ni actuar arrebatadamente. Aceptar su naturaleza y no resistirnos. Todo lo que se resiste, persiste. En cambio, abramos nuestro espectro y extendamos nuestra forma de pensamiento hasta comprender que toda dificultad o infelicidad propia también le está sucediendo a otras personas, no somos los únicos que tenemos esa experiencia. Esta visión más amplia de nuestro alrededor, en lugar de vernos reflejados sólo a nosotros mismos, nos conduce a la compasión, y esta es. a mi entender, la mejor forma de comenzar a transitar el camino hacia la felicidad.
La felicidad como frecuencia energética.
Todo en el ser humano es energía, acción, movimiento. La felicidad, también es una frecuencia de nuestra energía. Por eso es tan importante su vibración y lo que la impulsa a conducirla por nuestro cuerpo. Las emociones son una fuente conductora de energía; mientras más positivas sean, mayor nuestra sensación de felicidad.
Así como las emociones, cada pensamiento resuena dentro nuestro como un tambor de pura energía. Todo aquello que pensamos, cada intención e idea tiene un poder en sí que construye patrones de conducta y guía nuestras acciones. Si logramos ser conscientes de la magnitud de este hecho podremos curar cada pensamiento para que sea únicamente beneficioso para nosotros, en lugar de dañarnos la vida con negatividad e inconsciencia.
Somos creadores de nuestro propio bienestar. Comenzando por la singularidad del pensamiento humano podemos llegar a lo más vasto del universo. Paso a paso, nutrimos y construimos nuestro mundo interior para luego manifestarlo externamente. Todo comienza por su origen, la materia.
La ciencia de las micro partículas del universo nos dice que las mismas, están compuestas de vibraciones de ondas energéticas. Por tanto, su masa o materia de la cual están hechas, está vacía pero su vacío no significa que no contengan nada sino que están llenas de energía que forman un campo a su alrededor. Entonces, si toda materia está llena de vacío, el vacío no es la nada misma, sino el todo. Todo objeto, todo ser humano, todo árbol, ave, lago, está hecho de energía que ondula y se entrelazan unas con otras, formando una sinfonía: el Universo.
La frecuencia de la felicidad libera en nuestro cuerpo sustancias químicas como la Serotonina, Dopamina y Endorfinas. Estas son las hormonas que inducen a la satisfacción, al placer, a la relajación y estimulación, respectivamente.
¡Imagina todo lo que podemos llegar a hacer con una elevada frecuencia emocional!
El arte de ser feliz.
Ejemplos de cómo conseguir un estado de felicidad.
Como todo arte, la felicidad requiere de coraje y vulnerabilidad para admitir nuestros propios sentimientos y validarlos apropiadamente. Estas son algunas formas simples de tomar consciencia sobre lo que es ser feliz para nosotros.
Enumerar cada una de las cosas que nos hacen sentir bien en un papel nos ayudará a visualizar y ordenar nuestros pensamientos para luego poder manifestar físicamente nuestros deseos, así también a sentir alivio de habernos quitado un peso de encima en nuestro bagaje de frustraciones cotidianas. Por ejemplo, particularmente me encantaría:
Disfrutar de una cita conmigo misma más a menudo.
Reír mucho.
Estar más tiempo disfrutando de mis plantas.
Leer, por lo menos, un libro por mes.
Jugar algún juego de mesa con toda mi familia.
Tener una aceptación plena de todo lo que suceda dentro nuestro y fuera. No resistirse ante situaciones adversas con encono ni bloquear nuestras emociones deliberadamente. Si bien es difícil tomar conciencia en el momento, no tratar de tomar control sobre las situaciones, sino aceptarlas y dejar ir las perturbaciones negativas de la mente. Soltar las riendas del control y rendirse a las sensaciones para que fluyan sin tomar acción alguna más que sentir en silencio y regular nuestras emociones.
Calmar la mente mediante la respiración consciente. El ruido cotidiano de pensamientos incesantes aturde nuestra forma de actuar y nos bloquea emocionalmente. Al aquietar la mente, obtenemos paz para tomar mejores decisiones y una perspectiva más constructiva y positiva sobre aquello que nos da alegría.
Oír música clásica o serena. La música es un medio para llegar a la felicidad. Investigaciones científicas afirman que la armonía y organización del sonido provee de bienestar al cerebro reactivando las hormonas que producen un efecto de felicidad, así como también reduce los niveles de estrés. La música evoca emociones universales en el ser humano y eleva estados de ánimo positivos en lugar de expresar las emociones. Es como disfrutar de un concierto sinfónico sin tener que ser nosotros los músicos. Sólo debemos ser simples espectadores de aquello que nos evoca su melodía. Es una de mis formas preferidas en momentos de mucha frustración o angustia.
Ver siempre a través del amor. El amor es lo único que construye sin destruir a su alrededor. La compasión para con otros, la docilidad para con nosotros mismos, la forma de tratarnos es la clave para no auto-destruirnos. Pensemos buenos pensamientos y hablemos con nuestra mente de la forma en que le hablaríamos a un amigo. ¿Serías capaz de ser tan cruel y crítico con alguien que amas? No, ¿verdad? O, al menos, no es nuestra intención. Pero esa es la manera en que uno suele tratarse. Seamos el padre o madre que hubiésemos querido tener y tengamos un trato de amor sincero y desinteresado.
Vale la pena intentar experimentar estos beneficios. Después de todo, es nuestro deber “ser” humanos, humanizar cada acción, aprender a reaccionar compasivamente, usar nuestros sentidos para alcanzar nuestra felicidad. Ser humano es ser responsable de uno mismo.
Transitamos este espacio de vida buscando la felicidad para darnos cuenta de que estaba frente nuestro todo este tiempo, imitando nuestros gestos, copiando nuestra voz, evidenciando nuestro interior.
La razón por la que al ser humano le cuesta tanto ser feliz es porque no se encontró a sí mismo todavía. Ser feliz es una decisión. Es darse cuenta de que sólo existe el presente aquí y ahora.
El poder de tu felicidad está dentro tuyo. Reclámalo y comienza a construir tu bienestar bajo tus propios términos.
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